Hace unos días, me contaba una amiga que está muy descentrada. Me explicaba que la semana anterior había perdido las llaves del coche, que dos días después no se presentó a una reunión con un cliente, porque había confundido la fecha, con los problemas que eso le supuso. Luego, había quedado en que ella iría a recoger el martes a su hijo a la clase de atletismo y se puso con un tema urgente, que le había pedido su jefe, olvidando por completo que tenía que recoger al niño.
Cuando me lo contaba, le dije: “lo que tienes que hacer es poner foco”. Ella me miró con incredulidad y enfado y me respondió: “¡Hasta ahí llego! ¿Te crees que no lo sé? ¡Claro que sé que tengo que poner foco, pero no lo consigo!”
¿Cuántas veces hemos pasado por etapas parecidas a esto? Cuando nos encontramos en estas situaciones es porque el caos y la desorganización nos vencen y hay que parar y empezar a hacer algo diferente para salir de la rueda. Se trata de volver a poner atención para ponernos nosotros al mando y no dejar que nos dirija el entorno.
A continuación, propongo 7 pasos para volver a poner foco en nuestras vidas.
Recuperar el foco y la claridad mental necesaria para volver a llevar las riendas del día a día nos sienta bien y nos acerca a los resultados.
“El rasgo que determina, junto con otros, la potencia ajedrecística es la inquebrantable atención sobre lo que ocurre en el tablero.”
Alexander Alekhine
Alexandra Tapia
Socia de TALENT PROFITS
LinkedIn: in/alexandratapia
Twitter: @alexandratapiac
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¿Te desesperan los anuncios que aparecen cuando vas a ver un vídeo? ¿Te pone de los nervios tener que esperar una larga cola para pagar la compra? ¿Te molesta que te interrumpan cuando estás explicando algo en una reunión? ¿Y que tu jefe te diga “ponte con esto, es urgente, lo necesito para ayer”?
Sí, hay muchas cosas que acaban con nuestra paciencia. Y a lo largo del día, se van sumando una tras otra. Y así cada día de la semana y cada semana, hasta el punto de generar que vivamos en un estado de ansiedad que afecta, no sólo a nuestro ámbito personal, sino también a nuestra forma de trabajar.
En demasiadas ocasiones, pensamos que casi todo se tiene que hacer más rápido, actuamos de forma apresurada, reducimos a la mínima expresión el tiempo dedicado a escuchar de verdad, a entender a los otros, a comprender las situaciones. Y acabamos comportándonos incluso con arrogancia. Vamos tan orientados a la acción, que lo queremos todo inmediatamente, tanto que nos estamos convirtiendo en seres impacientes. Y la impaciencia tiene consecuencias negativas en los resultados, porque nos lleva a tomar decisiones apresuradas, cuando estamos bajo presión, y también a reducir nuestro rendimiento.
La buena noticia es que la paciencia también se puede entrenar. A continuación, propongo 7 formas de ejercitarla:
“La paciencia no es pasiva; por el contrario, es activa; es fuerza concentrada”
Edward G. Bulwer-Lytton
Alexandra Tapia
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En el día a día, tomamos decisiones constantemente, grandes y pequeñas. En nuestro área de responsabilidad profesional, demasiadas veces, tomamos decisiones con escasa información. Y nuestra verdadera aportación de valor en la empresa está en la capacidad para tomar buenas decisiones.
Cuando el impacto económico de una decisión es bajo y además se puede corregir con facilidad, podemos trabajar con mayor rapidez en el proceso y hay que inyectarle agilidad a nuestra forma de hacerlo. Pero cuando se trata de decisiones de mayor calado, deberían tenerse en cuenta varios elementos:
¿Estamos generando los entornos profesionales adecuados para poder trabajar de este modo?
“Si siempre tomas la decisión correcta, la segura, la que toma todo el mundo, siempre serás lo mismo que todos los demás”
Paul Arden
Alexandra Tapia
Socia de TALENT PROFITS
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Para mí, que he desarrollado la mayor parte de mi carrera profesional en el área de Marketing, en compañías que operaban desde una perspectiva altamente estratégica, siempre han merecido una alta valoración las personas con pensamiento estratégico. Y he tratado de rodearme de estos perfiles.
No sólo en el terreno del Marketing es importante esta competencia; en todo el ámbito de negocio es vital desarrollar el pensamiento estratégico, como eje de nuestra forma de trabajar.
Las personas con esta competencia piensan de forma global, analizan múltiples elementos y efectos de un tema y los proyectan a medio y largo plazo.
Las personas con pensamiento estratégico son lo que llamaríamos personas sofisticadas. ¿Por qué? Porque las estrategias y las distintas perspectivas no suelen surgir de una mente que no esté formada, sino que vienen de una mente que está preparada y que ha recibido la influencia de distintas experiencias, intereses, vivencias, etc. Para trabajar con la perspectiva que requiere el pensamiento estratégico es necesario tener diversidad y amplitud de conocimientos, porque eso ayuda a poder realizar las distintas conexiones que requiere esta competencia.
Como casi todo en la vida, ésta es una habilidad que se puede entrenar.
A continuación, propongo algunas claves para practicarlo en el día a día:
Entrena cada día esta competencia, porque te ayuda a pensar en términos de resultados.
“La táctica consiste en saber qué hacer cuando hay algo que hacer. La estrategia, en saber qué hacer cuando no hay nada que hacer.”
Savielly Grigorievitch
Alexandra Tapia
Socia de TALENT PROFITS
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