Hace unos días, cuando impartía un curso de Liderazgo, hablábamos de la importancia de dar las gracias. Pero dar las gracias de verdad, sintiéndolo de corazón y mostrándole verdadera gratitud al otro. Y uno de los participantes nos contaba que ha trabajado durante más de diez años con el mismo jefe y no recordaba cuál era la última vez que éste le había dado las gracias. De hecho, pensaba que no había habido una primera vez, siquiera. Y el colmo es que, incluso, este jefe solía recordar a sus colaboradores que “es de bien nacidos el ser agradecidos”.
Hay mucha gente que lo tiene todo y no es feliz. Probablemente, porque no están agradecidos por lo que tienen.
En el entorno profesional, nos dejamos llevar por la competitividad. Y parece que estamos abocados a ello, sin remedio, para sobrevivir en este entorno, a veces hostil, que nos ha tocado vivir. Sin embargo, yo estoy convencida de que las personas de éxito son aquellas que desarrollan el hábito de la cooperación. Y cooperación y gratitud suelen ir de la mano.
Tenemos la tendencia a fijarnos en lo que nos falta, en lo que no ha salido bien y nos cuesta fijarnos en los aspectos positivos de nuestro día a día o de las personas que nos rodean. Cuando pronunciamos la palabra “gracias” nos impregnamos de respeto. Sí, porque con nuestra gratitud mostramos respeto al otro y tratar con respeto a los demás es también una forma de respetarnos a nosotros mismos.
Cuando damos las gracias también generamos un vínculo. El otro se siente más comprometido.
El hecho de decir gracias hace que sintamos empatía por el otro. Pero es más, cuando damos las gracias nuestro cerebro se llena de endorfinas. Nos sentimos bien y este bienestar nos ayuda a tener pensamientos positivos. Lo que estamos haciendo es conectar circuitos neuronales que nos preparan para manejar mejor las situaciones difíciles. Se ha demostrado que expresar gratitud cambia la estructura molecular de nuestro cerebro y hace que la materia gris se mantenga en funcionamiento. Es decir, ayuda a mejorar nuestro bienestar y también nuestro rendimiento.
“Al expresar nuestra gratitud, nunca debemos olvidar que la mayor apreciación no es pronunciar las palabras, sino vivir de acuerdo con ellas”
John F. Kennedy
Alexandra Tapia
Socia de TALENT PROFITS
LinkedIn: in/alexandratapia
Twitter: @alexandratapiac
Free download photo from StockSnap.io
¿Te has fijado en que los niños cierran los ojos para no ver lo que les provoca miedo? Lo hacen con la esperanza de que habrá pasado cuando los vuelvan a abrir.
Muchas veces, los adultos también lo hacemos.
Seguro que todos recordamos historias de dirigentes políticos que no querían reconocer abiertamente que había una crisis económica, política, territorial, de gobierno, etc. Y también recordaremos que esos, que negaban las crisis o los errores con mayor empeño, son los que acabaron desapareciendo del mapa político.
Podemos pensar “Bueno, son políticos, ya se sabe. Nos tienen acostumbrados a las verdades a medias, al relato”.
¿Y en nuestro caso? ¿Cuántas veces nos hemos visto en una crisis, de índole personal o profesional, y nos hemos puesto de perfil, con la esperanza de no tener que hacerle frente? ¿Cuántas veces nos hemos visto y nos hemos sentido como una víctima de lo que nos estaba sucediendo y le dábamos vueltas sin salir de ello?
En estos casos, si no actuamos, si no asumimos el liderazgo de lo que nos sucede, la crisis se intensifica más.
Si hay una gran verdad es que las crisis y los problemas no se resuelven solos, los resuelven las personas.
Si entendemos que la mayor parte de las veces las crisis no son más que un punto de partida para una situación mejor que la anterior, entonces es cuando nos pondremos en marcha con la actitud adecuada.
Cuando surge un problema o estalla una crisis, normalmente nos vemos invadidos por la situación y nos cuesta pensar y actuar con claridad, por eso es recomendable disponer de un guión, tener una pauta de actuación, que nos facilitará el avance hacia la solución o soluciones. Te propongo 6 pasos en tu guión:
Si dejamos de ver las crisis y los problemas como algo negativo, entenderemos que son una palanca para la innovación. Son una fuente de aprendizaje incalculable.
“Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia”
Albert Einstein
Alexandra Tapia
Socia de TALENT PROFITS
LinkedIn: in/alexandratapia
Twitter: @alexandratapiac
Free download photo from StockSnap.io
ME GUSTA EL NOMBRE “CONSTANZA”
Significa constancia, una virtud de las personas de éxito.
Ya lo dijo Picasso, “cuando llegue la inspiración, que me pille trabajando”.
Ayer, le decía a mi hija de 14 años, que me gusta el nombre “Constanza”. Ella me miró con cara de sorpresa y también de desagrado. Y me respondió que a ella no le gustaba nada. Le expliqué su significado y creo que todavía se reafirmó más en su opinión negativa sobre este nombre.
Lo cierto es que no me extraña. Pertenece a una generación, la de los Centennials o Generación Z, que son pragmáticos, muy realistas, comprometidos, pero también buscan resultados inmediatos. Están acostumbrados a tener acceso a todo, en un sólo click. Sus referentes de éxito son los “youtubers”, “influencers”, “gamers”. Los hemos protegido tanto, que su tolerancia a la frustración es relativamente baja. Si lo que están haciendo no les lleva a un resultado rápido, lo dejan o incluso se enojan.
Los Centennials representan ya el 7% de los empleados por cuenta ajena. Se están incorporando en las empresas y están viviendo en un mundo que cambia continuamente. Es cierto que el cambio siempre ha sido una constante, pero ahora los cambios que estamos viviendo son mucho más significativos. Estamos en un momento en que los ámbitos empresariales son entornos VUCA (la siglas en inglés de Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo). Y esta combinación de entornos VUCA y Centennials puede ser explosiva.
Soy una convencida de que la constancia es una de las claves que hacen que el talento alcance su máximo potencial. Si queremos tener éxito en este contexto, si queremos conseguir resultados, necesitamos talentos que marquen la diferencia.
La constancia en un entorno VUCA
La constancia es una habilidad que también hay que entrenar. ¿Cómo?
No hay atajos, la constancia es un camino de largo recorrido y la mayor parte de las veces, nos lleva a resultados consistentes.
Como leemos en los gimnasios,
“los cuerpos de verano se esculpen durante el invierno”.
Alexandra Tapia
Socia de TALENT PROFITS
LinkedIn: in/alexandratapia
Twitter: @alexandratapiac
Free download photo from StockSnap.io
La capacidad de hablar es lo que nos hace únicos a los seres humanos.
Con las palabras mostramos lo que somos y la forma en la que vivimos las cosas que nos suceden.
En los últimos tiempos, llama mucho la atención que estamos en, lo que algunos llaman, la Era del Relato. Estamos en un momento de grandes discursos.
Y las palabras son un arma de doble filo: según el uso que hacemos de ellas, nos están potenciando o nos hacen pequeños. Las palabras nos movilizan y también pueden paralizarnos. Con las palabras magnificamos los acontecimientos, los reducimos a pequeñeces, los distorsionamos y también manipulamos los hechos, manipulamos a los demás e incluso a nosotros mismos.
Las palabras son la vía que utilizamos para expresar opiniones. ¿Te has parado a pensar que estamos, cada vez más inmersos en un mundo cargado de opiniones y que se está vaciando de conocimiento?
Es evidente que las palabras nos retratan, nos condicionan y nos afectan. Ayer escuchaba a un cantante, que contaba cómo le había paralizado toda esa gente que le había dicho que no valía y también cómo había encontrado la fuerza, que necesitaba para seguir adelante, cuando alguien empezó a decirle que era un genio de la música.
Es difícil cambiar las palabras de los demás, sin embargo, sí que podemos cambiar la forma en la que nos hablamos a nosotros mismos y las palabras que utilizamos, cuando nos comunicamos con los demás.
Podemos emplear cuatro pasos para empezar a cambiar:
Si tenemos la responsabilidad de liderar un equipo o si tenemos la difícil tarea de educar a nuestros hijos, en ambos casos es todavía más necesario seguir estos cuatro pasos para mejorar los entornos en los que vivimos, trabajamos y nos relacionamos.
“Una palabra es suficiente para hacer o deshacer la fortuna de un hombre”
Sófocles
Alexandra Tapia
Socia de TALENT PROFITS
LinkedIn: in/alexandratapia
Twitter: @alexandratapiac
Free download photo from StockSnap.io
En estos años, trabajando como coach y como mentora de profesionales de distintos sectores y diferentes rangos jerárquicos, me he encontrado una situación que se repite de manera habitual: saben qué es lo que quieren, saben qué es lo que tienen que hacer para conseguirlo, pero también saben que llegar hasta ahí conlleva hacer cosas diferentes, conlleva salir de hábitos y rutinas con las que llevan mucho tiempo.
Y aquí es donde se vuelven reacios de dar un paso adelante. Aquí es donde les falta reunir el coraje para tomar acción.
¿Te has encontrado en esta situación alguna vez? Yo sí. Yo también he sido una de esas personas, en muchas ocasiones.
Pero cuando te atreves, cuando tomas acción y haces las cosas de un modo diferente, cuando tienes la fuerza para apartar los miedos y avanzar, entonces te das cuenta de que el coraje es la palanca hacia la transformación de la realidad.
Muchos indicadores apuntan a que vamos a entrar en un período de dificultades económicas, de nuevo. Y además, estamos en un momento de grandes avances que van a cambiar nuestra forma de trabajar, nuestra forma de relacionarnos, de comprar y vender, hay profesiones que van a desaparecer y otras que ni imaginamos, pero que serán las más demandadas en los próximos años.
Esto significa que ya no podemos aferrarnos a hábitos y rutinas anteriores, significa que tenemos que ser capaces de soltar lastre y atrevernos a probar, a actuar, a decidir, a trabajar de un modo totalmente diferente. Estamos entrando en una era en la que las personas con coraje, una vez más, serán las que marquen la diferencia.
“No puedes nadar por nuevos horizontes hasta que tengas el coraje de perder de vista la orilla”
William Faulkner
Alexandra Tapia
Socia de TALENT PROFITS
LinkedIn: in/alexandratapia
Twitter: @alexandratapiac
Free download photo from StockSnap.io
En los pequeños detalles, en las sutiles diferencias está, en muchas ocasiones, la clave del éxito.
¿Por qué un equipo funciona como un engranaje perfecto con un líder y con otro parece que las cosas se complican, a la primera dificultad que se presenta? ¿Por qué una persona es capaz de dar su mejor versión trabajando en un equipo y en otro se hace pequeña? ¿Por qué un comercial de la compañía logra resultados por encima de la media y consigue la fidelidad de sus clientes?
En la mayoría de los casos, es una cuestión de confianza.
Confiamos en las personas y ésta es la palanca para confiar en la empresa que representan. Confiamos en un líder y, desde ahí, nos comprometemos con sus objetivos y con las acciones. Cuando generamos contextos en los que las personas se sienten valoradas, en los que saben que confiamos en ell@s, lo habitual es que nos den su mejor versión.
Y todo ello incide directamente en los resultados.
La confianza es una moneda de dos caras: no se trata sólo de que los líderes traten de rodearse de personas en las que puedan confiar, sino que también se trata de que cada día se ganen la confianza de sus equipos.
Conseguir que la confianza exista en el entorno profesional, tanto dentro de los equipos como en la relación con el cliente, es una cuestión de sinceridad y de credibilidad. Y es un camino de largo recorrido, es algo que debe tener consistencia en el tiempo.
Los seres humanos somos seres relacionales y seres emocionales. Por esta razón, siempre serán las personas las que marquen la diferencia. Las personas hacen las compañías. Si no hay personas, no hay nada.
En tiempos donde la competitividad es tan extrema y donde los mercados evolucionan de forma vertiginosa, las empresas tienen la responsabilidad de crear entornos donde las personas se sientan en la confianza suficiente como para probar cosas nuevas, para pensar diferente, para innovar de verdad.
Es responsabilidad de los líderes generar un clima de confianza con sus equipos y conseguir de la dirección, esa confianza, que facilite la creatividad y que permita gestionar el error. Porque cuando probamos cosas nuevas, cuando elegimos caminos diferentes a los habituales, el error va a existir, pero también el aprendizaje y la diferencia.
Y la diferenciación es la clave del éxito para que una empresa se posicione en la mente de sus clientes, como aquélla que les da la confianza suficiente para ser su compañía de elección.
Alexandra Tapia
Socia de TALENT PROFITS
LinkedIn: in/alexandratapia
Twitter: @alexandratapiac
Free download photo from StockSnap.io
A continuación, podéis ver la charla TEDx que impartió J. Miguel Sánchez (socio de TALENT PROFITS) en el evento TEDx Alcobendas en La Moraleja (Madrid)
J. Miguel nos habla sobe cómo los adultos podemos resetearnos para seguir creciendo personal y profesionalmente, de modo que seamos capaces de volver a ser tan poderosos como lo fuimos en nuestra infancia.
A continuación, podéis ver la entrevista realizada por Eva Mora a Alexandra Tapia (socia de TALENT PROFITS) con motivo de la presentación de su segunda novela, «Alma vacía», en ES RADIO.
Desde principios de 2013, Alexandra inició una nueva andadura que compagina con su trabajo en TALENT PROFITS. Su vertiente como escritora le permite poner en marcha habilidades diferentes a las que trabaja habitualmente en el ámbito de la empresa; la creatividad y la capacidad de imaginar lo que no existe son algunas de ellas.
«Alma vacía» es una novela de ficción contemporánea en la que la protagonista tiene que hacer frente a una lucha interna que nos lleva a lo más profundo del ser humano, donde nos enfrentamos a nuestros propios miedos para salvar aquello que realmente nos importa.
A la venta en:
Comentarios recientes