La capacidad de hablar es lo que nos hace únicos a los seres humanos.
Con las palabras mostramos lo que somos y la forma en la que vivimos las cosas que nos suceden.
En los últimos tiempos, llama mucho la atención que estamos en, lo que algunos llaman, la Era del Relato. Estamos en un momento de grandes discursos.
Y las palabras son un arma de doble filo: según el uso que hacemos de ellas, nos están potenciando o nos hacen pequeños. Las palabras nos movilizan y también pueden paralizarnos. Con las palabras magnificamos los acontecimientos, los reducimos a pequeñeces, los distorsionamos y también manipulamos los hechos, manipulamos a los demás e incluso a nosotros mismos.
Las palabras son la vía que utilizamos para expresar opiniones. ¿Te has parado a pensar que estamos, cada vez más inmersos en un mundo cargado de opiniones y que se está vaciando de conocimiento?
Es evidente que las palabras nos retratan, nos condicionan y nos afectan. Ayer escuchaba a un cantante, que contaba cómo le había paralizado toda esa gente que le había dicho que no valía y también cómo había encontrado la fuerza, que necesitaba para seguir adelante, cuando alguien empezó a decirle que era un genio de la música.
Es difícil cambiar las palabras de los demás, sin embargo, sí que podemos cambiar la forma en la que nos hablamos a nosotros mismos y las palabras que utilizamos, cuando nos comunicamos con los demás.
Podemos emplear cuatro pasos para empezar a cambiar:
Si tenemos la responsabilidad de liderar un equipo o si tenemos la difícil tarea de educar a nuestros hijos, en ambos casos es todavía más necesario seguir estos cuatro pasos para mejorar los entornos en los que vivimos, trabajamos y nos relacionamos.
“Una palabra es suficiente para hacer o deshacer la fortuna de un hombre”
Sófocles
Alexandra Tapia
Socia de TALENT PROFITS
LinkedIn: in/alexandratapia
Twitter: @alexandratapiac
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